Siempre se me dá por escribir de madrugada, mientras todos duermen. Es como detener el tiempo, en una falsa calma. Nunca sé bien por donde arrancar, pero las palabras fluyen y me dejo llevar, como en un sueño. Imágenes que aparecen parpadeantes en mi mente, y la necesidad de compartirlas, aunque no tengan un sentido real para el que lee. Aunque lo más importante a veces quede en el tintero, revolverse el alma cada tanto, perder por un rato la razón.
No es como si se detuviese el tiempo... Es ver como todo fluye y vos intentás seguir el ritmo mientras te morís de dolor. Y querés que todo pare, pero no lo hace. Vos tampoco podes parar, porque sabés como es el vacío, palpaste lo obscuro, frio, solitario del abismo, donde te perdiste y encontraste con las manos rotas, tantas veces. Y no querés volver ahí, nunca más. Al menos no más de lo que el alma pida. Y seguís, con incertidumbre, viviendo infinitas vidas. No es como si se detuviese el tiempo. Es ver como todo sigue, tan vivo... a pesar de.
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